Ian Halcott es un
reconocido constructor en el mundo de la motocicleta Custom tanto por sus
creaciones como por sus colaboraciones. Pero
hoy te traigo una de sus obras personales cargada de amor y odio. Construida,
robada y años después puesta en la carretera de nuevo su historia habla de
superación y cambios.
En 2006 formo parte en
Seattle de Twinline
Motorcycles, pero la búsqueda de un sitio más cálido para criar a sus hijos
le llevo hasta California. Ahora vive a tan solo 20 min. de la playa y desde su
tienda contigua a su casa acepta encargos para colaborar en numerosas construcciones.
Algunas de sus contribuciones las has podido ver en este blog, Por ejemplo en
la Yamaha XS 750 Cafe Racer de Soul Motor Co. o más
recientemente en la BMW R80 Cafe Fighter "Be Good or Be Gone" de Tattoo
Moto. Pero hoy vamos a hablar de una preparación personal.
Como le sucede a
muchos constructores Ian no contaba con una moto propia. Habituado a
trasformar una motocicleta y luego venderla o a tomar prestada alguna
motocicleta trasformada de la tienda decidió comprar una vieja gloria que aun
no estuviese tan valorada como para ser una moto de colección y así poder
disfrutar de la libertad de trasformar algo para uno mismo. Esto sucedió en
2011 y por tan solo 200$ adquirió una Honda CBR 600 F2 de 1993. La moto
necesitaba trabajo. Cubierta de suciedad, con el basculante roto, la
horquilla delantera reventada y los plásticos deteriorados por el paso del
tiempo el motor al menos funcionaba correctamente. Pero por ese precio y con el
motor en buen estado era un proyecto perfecto!
"Parecía que
alguien la abandono en su jardín y no se molesto en taparla cuando pasaba el cortacésped"
Tan solo dos
semanas después de comprarla la moto fue robada! Unos meses después pudo
recuperar la moto, pero el daño ya estaba hecho. Una caída había arruinado el
colín que Ian estaba diseñando, el cableado había sido manipulado,,,e incluso
la moto se pinto de blanco con una brocha! Si esto no fuera poco tuvo que pagar
500$ para poder retirarla del depósito municipal y llevarla de nuevo a casa así
que el enfado de Ian fue tal que la moto se aparco a la espera de días mejores.
Ya en 2014 el
humor de Ian fue a mejor y mientras bromeaba con Dave Hargeaves de Cerberus Moto sobre que ambos no tenían una moto
propia se desafiaron para poner una motocicleta propia en la carretera. Llegaba
el momento de volver a dar vida a esa CBR 600 olvidada bajo una manta pero esta
vez el trabajo de reconstrucción iba a ser total.
"The
Mandalorian" toma su nombre de uno de los personajes de la mítica película
"Star Wars" famoso por su culto al valor en la batalla. Pero
esto surgió por casualidad, la verdad es que Ian no lo diseño así de forma
intencionada. La influencia que esta película tuvo en él de niño afloro en un
momento dado y el resultado fue algo parecido al casco de un
"mandaloriano". Es por eso que este nombre "The
Mandalorian" se torno apropiado para la moto.
"Yo solo
quería un foco que envolviera la luz LED que monté. Imagino que los diseños de
Star Wars me influyeron cuando era un niño..."
Reducida al chasis
el trabajo podía comenzar así que Ian diseño y construyo un subchasis donde montar el nuevo colín en
aluminio, al igual que la careta con foco luz LED, monto una horquilla de Honda
RC51 con llanta de CBR 900, amortiguador trasero y radiador de CBR 600 RR, y basculante de F3. Los carburadores se ajustaron con
un kit DynoJet y el silencioso artesanal es más abierto. Ahora el motor se nota
más enérgico y la moto es más ligera.
"La moto es
muy divertida de conducir. La utilizo a diario para moverme por Los Ángeles y
dejo que cualquier amigo que quiera darse una vuelta disfrute de ella"
La moto se expuso
en el Handbuilt Show de Austin y participo en la carrera Return to Del Mar Flat
Track pilotada por su buen amigo Wes Case de Three-Pence Motorcycles.
Quizás los motores
de combustión interna estén demasiados anticuados para que George Lucas incluyera
"The Mandalorian" en su próxima película y quizás Ian tampoco este
interesado pero lo que sí que tenemos claro es que la moto lo vale! Nació como
una autentica Street-Fighter y demuestra una moto abandonada, aunque sea dos
veces, puede ser el mejor de los proyectos!
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