Karl es el
responsable de Ed. Turner Motorcycles, un taller de transformaciones situado en
Nantes, Francia. En este caso la encargada de contarnos la historia sobre esta
Honda CB 350 Bobber ha sido su hermana Ida, encargada de gestionar su web.
Durante algunos
años la moto estuvo parada y abandonada, lo que hizo que el oxido fuera ganando
terreno hasta que pareciera que el motor dormía en el fondo del Sena, pero, por
lo menos, estaba completo. Karl se planteo el proyecto como un lienzo en blanco
con el que poder hacer lo que quisiera. Todo en torno al motor bicilindrico en
paralelo de 350cc de Honda. Karl quería dar rienda suelta a su imaginación.
Construir una moto divertida y original con la disfrutara tanto en la carretera
como durante su proceso de creación
El depósito de
estilo "ataúd" es de procedencia desconocida. Es de esas cosas que
ves, compras y guardas sabiendo que algún día le darás el uso que se merece.
Algo parecido pasa con la horquilla delantera. Creemos que procede de una 125cc
y tras unas cuantas modificaciones y un buen trabajo de pulido luce como nueva.
El asiento es de una tabla de "skate" que Karl consiguió de un
jovenzuelo del barrio. Para amortiguar un poco el viaje se han instalado unos
amortiguadores para suplir la falta de suspensión del chasis rígido que fue construido a mano por Karl.
El motor ha
recibido muchas horas de trabajo. Primero hubo que desmontar todo y valorar que
es lo que piezas debían sustituirse. Tras un trabajo de restauración completo
llegaba la parte de embellecerlo. El bloque se pinto en un tono rojo anaranjado
de Chevrolet y las tapas de motor y culata se han pulido al espejo de forma
magistral. El encendido queda desvelado por una tapa de metacrilato. Casi
parece un pequeño juguete, simplemente extraordinario. Los detalles no cesan. Para
el cambio de marchas se ha adaptado una cadena con piñones para poder mover el
selector.
Como anécdota
podemos contar que a tres días para salir hacia el Wheel & Waves de
Biarritz, Karl quiso decapar el foco que tenia pintado en color amarillo y el resultado
fue un desastre. La óptica se deshizo y a tres días de salir a la carretera no
había tiempo para conseguir uno igual. Además la procedencia del antiguo foco
tampoco se conocía, por lo que no podría encargar uno nuevo sin más. Fue
Celine, la mujer de Karl quién dando vueltas por el supermercado volvió con un
despertador y una jarra. Tras cortar, modificar y acoplar consiguieron que el
foco delantero luzca de nuevo y con un estilo único.
Si buscaba
diversión ED Turner Motorcycles lo ha conseguido. La moto no solo sirve para
figurar en un escaparate, si no que puedes rodar cómodamente por la ciudad y además
hacerlo con estilo propio.
Más trabajos de Ed.Turner Motorcycles:
Honda CX 500
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