Te mostramos en exclusiva el último trabajo de Lolana Motos. Desde Bogotá, Colombia, Andrés Saenz es el encargado de contarnos más sobre esta Honda XL 250 Cafe Racer.
Andrés nos cuenta que cuando la moto llego al taller de Lolana Motos ya se encontraba a medió trasformar. Esto podría parecer una venta pues parte del trabajo ya estaba hecho, pero no fue así. La moto había sido manipulada por alguien sin excesivos conocimientos en mecánica y los fallos en su construcción eran notables. La suspensión delantera no funcionaba correctamente, el pedal de arranque chocaba con las nuevas estriberas que se habían colocado, el cableado era una maraña de cables, el asiento era incomodo y en general su funcionamiento y su aspecto no eran el correcto. Tras aceptar el trabajo los chicos de Lolana Motos decidieron comenzar desde cero con la preparación.
Lo primero fue desmontar toda la moto e ir subsanando cada fallo para hacer que la moto funcionara correctamente y fuera segura tanto mecánicamente como en su pilotaje. La suspensión delantera se remplazo por una más corta y se ajusto para un correcto funcionamiento. Las estriberas se recolocaron y se permitió que la estribera derecha sea plegable para así poder accionar el pedal de arranque sin que chocaran entre ellos. El cableado fue completamente renovado y se sustituyo el depósito por uno de Honda CB 400 de los ´70s.
El sistema de mono amortiguador trasero que esta moto trae de serie se sustituyo y se adaptaron los anclajes necesarios para montar dos amortiguadores paralelos. Los colectores de escape se modificaron para poder instalar un silencioso por cada lado. El subchasis se alargo para poder subir a un pasajero y se creó un nuevo asiento con un generoso y cómodo relleno. Manillares, puños, foco, velocímetro, manetas, luz de freno e intermitentes se cambiaron para que la moto luciera con un bonito estilo Cafe Racer.
Ahora la moto es más rápida, más segura de conducir, con una mecánica más fiable y más bonita que cuando llego por primera vez al taller de Lolana Motos. Un gran trabajo que ha merecido la pena ser rescatado.
Agradecer a Juan Jaramillo la cesión de las fotografías.
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